Caso Adriana Smith: muerte cerebral y embarazo forzado en EU
El caso de Adriana Smith, una enfermera afroamericana de 31 años, ha desatado una fuerte controversia en Estados Unidos al quedar evidenciada la forma en que las leyes antiaborto pueden imponerse incluso sobre la dignidad y la voluntad de las familias.
Adriana fue declarada con muerte cerebral en febrero de 2025, cuando tenía nueve semanas de embarazo.
Sin embargo, los médicos del Hospital Universitario de Emory, en Georgia, decidieron mantenerla con soporte vital durante meses, hasta que su bebé naciera por cesárea de emergencia el pasado 13 de junio, bajo el argumento de restricciones legales estatales.
Su hijo, llamado Chance, nació de forma prematura, pesando alrededor de 450 gramos, y permanece en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Su abuela, April Newkirk, confirmó que el bebé “está luchando” y pidió oraciones para él.
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Una decisión sin opción
La madre de Adriana expresó su indignación en declaraciones a medios locales:
“No estoy diciendo que hubiéramos elegido interrumpir su embarazo, pero deberíamos haber tenido una opción. Esta decisión debería haberse dejado en nuestras manos”.
La familia había sido informada por el hospital que no podían desconectarla del soporte vital debido a la prohibición del aborto en Georgia una vez que se detecta actividad cardíaca fetal, lo que suele ocurrir a las seis semanas de gestación.
¿Qué dice la ley realmente?
El fiscal general de Georgia, Chris Carr, señaló posteriormente que la ley no obliga a los médicos a mantener a una mujer con muerte cerebral conectada a máquinas, afirmando que “retirar el soporte vital no es una acción con el propósito de terminar un embarazo”.
A pesar de esto, el hospital mantuvo a Smith conectada durante más de cuatro meses, hasta el nacimiento de su bebé.
Desde que la Corte Suprema de EE.UU. anuló el derecho federal al aborto en junio de 2022, más de 20 estados, incluido Georgia, han adoptado restricciones severas o prohibiciones casi totales.
Organizaciones y legisladores han señalado que el caso de Adriana Smith es un ejemplo devastador de cómo estas leyes pueden violar los derechos fundamentales de las mujeres, incluso en circunstancias médicamente irreversibles.
“No hay justicia cuando una madre debe ver morir a su hija así”
Adriana Smith era madre de un niño de siete años, y sus seres queridos celebraron su cumpleaños 31 mientras aún estaba con soporte vital. Fue desconectada finalmente el 17 de junio.
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Su madre concluyó con una frase dolorosa: “No debería estar enterrando a mi hija. Mi hija debería estar enterrándome a mí”.
Este caso deja en evidencia la importancia del acceso al aborto, la autonomía de las mujeres y la urgente necesidad de revisar las leyes que condicionan la atención médica a principios ideológicos, más allá del respeto a la vida, la dignidad y el derecho a decidir.