Paternidad presente y diversa
En el marco del Día del Padre, es momento de poner sobre la mesa que la paternidad ha dejado de ser una figura autoritaria y distante para convertirse, poco a poco, en un rol más activo, afectivo y corresponsable.
Ser padre implica mucho más que proveer; también significa criar, cuidar y estar emocionalmente disponible.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en México hay 21.2 millones de hombres que son padres, y de ellos, más de 4.5 millones son jefes de hogar sin pareja presente, lo que habla de la diversidad de configuraciones familiares en el país. Además, una encuesta del mismo organismo reveló que casi el 80% de los hombres que viven con sus hijos menores de 12 años participan en su crianza, aunque en tareas como el juego, más que en labores de cuidado como la alimentación o el aseo.
No obstante, especialistas advierten que el camino hacia una paternidad equitativa todavía enfrenta obstáculos. De acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), persisten estereotipos de género que asocian el cuidado con las mujeres y limitan el involucramiento masculino. El mandato de la masculinidad tradicional sigue marcando una distancia emocional entre padres e hijas e hijos.
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Por otro lado, cada vez más hombres se suman a movimientos de paternidades activas y afectivas, que cuestionan el modelo patriarcal y promueven vínculos más sanos con sus hijos. En este sentido, iniciativas como la Red de Masculinidades Alternativas y el Centro de Estudios para el Adelanto de las Mujeres y la Equidad de Género (CEAMEG) han impulsado campañas para visibilizar otras formas de ejercer la paternidad.
Un ejemplo de ello es la exigencia de ampliar el permiso de paternidad, actualmente de solo 5 días laborales según la Ley Federal del Trabajo, una cifra muy por debajo del promedio de países de la OCDE, donde se otorgan al menos 3 semanas. Permitir a los hombres ausentarse del trabajo para cuidar a sus hijos desde el nacimiento es clave para avanzar hacia una corresponsabilidad real.
En este Día del Padre, es fundamental reconocer que ser papá no es sólo una fecha ni un rol secundario, sino una construcción cotidiana que se enriquece con la diversidad de experiencias: padres solos, papás de familias homoparentales, padres por adopción, abuelos que crían, y hombres que deciden romper con la violencia para criar con ternura.
La paternidad no se hereda, se aprende. Y cada vez más hombres están dispuestos a desaprender para volver a empezar.