Higiene menstrual: qué debes considerar cuando compras productos para otra persona
Comprar productos de higiene menstrual para alguien más puede parecer un gesto sencillo, pero también implica respeto, información y cero juicios.
No existe una forma “correcta” de menstruar: cada mujer o persona menstruante elige lo que mejor se adapta a su cuerpo, su contexto y su comodidad.
Preguntar antes de asumir
El primer punto —y el más importante— es preguntar. No todas las personas usan lo mismo ni se sienten cómodas con los mismos productos.
Algunas prefieren toallas, otras tampones, copas menstruales, calzones absorbentes o combinaciones distintas según el día del ciclo.
De acuerdo con UNICEF y ONU Mujeres, el acceso a productos adecuados y elegidos libremente es parte de una gestión menstrual digna, vinculada a la salud, la autonomía y los derechos humanos.
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No juzgar las elecciones
Uno de los errores más comunes es juzgar el uso de toallas frente a alternativas reutilizables como la copa menstrual.
Usar toalla no significa desinformación, atraso o falta de conciencia ambiental. Las elecciones menstruales están atravesadas por factores de salud, edad, comodidad, acceso al agua, costos, dolor, experiencias previas e incluso contextos culturales.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que los productos deben ser seguros, aceptables y cómodos para quien los usa, no para quien los recomienda.
Recordar que no todos los cuerpos son iguales
Cada cuerpo menstrúa de forma distinta. Hay personas con flujo abundante, otras con sensibilidad vaginal, endometriosis, infecciones recurrentes o condiciones médicas que influyen directamente en qué producto pueden o no usar.
Por eso, insistir en un sólo método como “el mejor” puede ser invasivo o incluso riesgoso. La clave está en respetar la experiencia corporal ajena.
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Considerar el contexto
Cuando los productos son para donación, apoyos comunitarios o regalos solidarios, es recomendable ofrecer variedad: diferentes tamaños de toallas, opciones nocturnas, productos reutilizables para quien los solicite y, sobre todo, información clara para que cada persona decida.
Según UNICEF, la gestión menstrual adecuada no se limita al producto, sino que incluye información, privacidad, agua, saneamiento y ausencia de estigmas.
Menstruar también es una decisión personal
Hablar de higiene menstrual no es hablar sólo de productos, sino de derecho a decidir sin culpa ni presión.
Cada mujer o persona menstruante usa lo que mejor se le adapta, y acompañar —en lugar de imponer— también es una forma de cuidado.
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Porque la empatía en lo cotidiano también construye igualdad, recuerda que es mejor preguntar que asumir, un momento de posible incomodidad es mucho mejor que imponer.




