Pachuca: vallaron los monumentos, pero no las voces
En un 25 de noviembre marcado por vallas, monumentos resguardados y plazas apagadas, las mujeres de Pachuca demostraron que no existe cerco capaz de silenciar la exigencia de justicia.
Aunque el centro histórico permaneció blindado y las autoridades esperaron en vano a que las marchas llegaran a los puntos habituales, la protesta encontró otro espacio: la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Hidalgo (CDHEH), donde las sobrevivientes alzaron la voz pese a todos los obstáculos.
Mientras la plaza Juárez y la plaza Independencia permanecían desiertas, con policías y bomberos apostados tras vallas metálicas que nunca se usaron, las mujeres se reunieron frente a la CDHEH para compartir testimonios crudos de violencia judicial, acoso digital y violencia vicaria. Allí, sin reflectores ni calles tomadas, surgió un coro que creció desde un “no estás sola” hasta convertirse en una afirmación colectiva.
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Entre los relatos destacaron denuncias de corrupción en ministerios públicos, agentes de investigación y jueces, así como la exigencia de justicia. Se escucharon testimonios, quienes siguen esperando audiencia contra sus agresores.
Pese a las barreras físicas colocadas para contener la protesta, las mujeres demostraron que siempre encontrarán un espacio para reclamar justicia. No hubo marcha en el centro, pero sí gritos, llanto, abrazos y resistencia frente a la CDHEH. La protesta cambió de ruta, no de fuerza.
