Mujeres de Sudán sobreviven entre el hambre, la guerra y la violencia sexual
El horror en Sudán se profundiza. En la ciudad de El Fasher, capital de Darfur del Norte, las mujeres huyen entre bombardeos, hambre y violaciones, mientras los últimos hospitales de maternidad han sido saqueados y destruidos. Algunas mujeres embarazadas han dado a luz en las calles, sin asistencia médica ni refugio.
De acuerdo con ONU Mujeres, la violación está siendo utilizada como arma de guerra, y el simple hecho de ser mujer en Sudán “es un indicador de hambre, violencia y muerte”. Anna Mutavati, directora regional de la agencia para África Oriental y Meridional, advirtió desde Ginebra que “los cuerpos de las mujeres se han convertido en la escena del crimen”.
Desde abril de 2023, el país vive un conflicto entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido, un grupo paramilitar que capturó El Fasher tras más de 500 días de asedio. Los informes apuntan a ejecuciones sumarias, violencia sexual y desplazamientos masivos, con miles de mujeres y niñas obligadas a huir a zonas sin presencia humanitaria.
ONU Mujeres ha documentado que cada acción cotidiana —buscar agua, leña o comida— implica para ellas un riesgo constante de violación o muerte. En Darfur, un paquete de compresas sanitarias cuesta 27 dólares, mientras la ayuda económica mensual apenas alcanza los 150 dólares para una familia de seis personas.
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“El hambre que sufren las mujeres tiene un efecto dominó”, advirtió Mutavati. En muchas familias, las mujeres y las niñas son las últimas en comer, o simplemente no comen para que otros sobrevivan.
La ONU ha confirmado niveles de hambruna en El Fasher y Kadugli, mientras aumentan los casos de desnutrición aguda en lactantes debido al hambre de las madres.
“El mundo está fallando a las mujeres de Sudán”, concluyó Mutavati. “Cada día que se retrasa la acción internacional, otra mujer da a luz bajo fuego, entierra a su hijo por hambre o desaparece sin justicia”.
El organismo pidió garantizar acceso humanitario inmediato y proteger a la población civil, mientras los combates y los ataques aéreos continúan dejando a miles atrapados entre la violencia y el olvido.
