Cuando el romance se escribe con algoritmos: el auge de las relaciones románticas con IA
Los encuentros digitales evolucionan cada vez más rápido, varias investigaciones recientes muestran que cada vez más personas están formando relaciones afectivas—y hasta románticas—con inteligencias artificiales, especialmente chatbots diseñados como compañeros emocionales.
Hablemos sobre lo que los datos revelan de este fenómeno:
Lo que dicen los estudios
- Un estudio longitudinal realizado por Brigham Young University encuestó a alrededor de 3,000 adultos en E. U. y encontró que casi el 19 % de ellos ha mantenido conversaciones con un sistema de IA diseñado para simular pareja romántica.
- En esa misma encuesta, un 21 % de usuarios dijeron que prefieren comunicarse con una IA antes que con personas reales, mientras que un 42 % afirmaron que los programas de IA les resultan más fáciles de hablar que con seres humanos.
- Otra investigación del Institute for Family Studies / YouGov revela que cerca de un 25 % de jóvenes adultos considera que la IA podría reemplazar el romance entre humanos en el futuro.
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Dinámicas emocionales y psicológicas
Estudios académicos muestran que personas con un alto deseo de conexión social tienden a antropomorfizar (dar cualidades humanas) a los chatbots, lo que agranda la sensación de intimidad emocional.
Sin embargo, este apego puede traer riesgos. En investigaciones como Illusions of Intimacy: Emotional Attachment and Emerging Psychological Risks in Human-AI Relationships, se documentan patrones similares a relaciones humanas, incluyendo dependencia emocional, aspiraciones irreales y efectos en la salud mental en algunos usuarios.
¿Por qué ocurre?
Partes del fenómeno se explican por soledad, ansiedad social o sentimiento de aislamiento, situaciones que hacen más probable que algunas personas busquen compañía emocional en IA.
También influye la manera en que están hechas estas IA: muchas operan ofreciendo respuestas empáticas, constantes, predecibles y diseñadas para generar confort y resonancia emocional. Eso refuerza la ilusión de reciprocidad.
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El surgimiento de relaciones románticas con inteligencias artificiales plantea preguntas importantes sobre lo que entendemos por amor, intimidad y autenticidad. ¿Hasta qué punto puede ser saludable? ¿Dónde están los límites entre la compañía digital y la desconexión de las relaciones humanas reales?
Estos debates ya se vuelven urgentes: los estudios indican que no es algo marginal, sino una corriente creciente en culturas digitales. Y entenderlo puede ayudarnos a navegar mejor el futuro emocional que ya estamos construyendo.




