Seguridad social, el talón de Aquiles: casi la mitad de México sin protección

Familia y Bienestar

La pobreza multidimensional en México ha mostrado avances significativos en los últimos ocho años, pero las carencias sociales siguen afectando a millones de personas.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2024 6 de cada 10 mexicanos (61.7%) presentaron al menos una de las seis carencias sociales evaluadas. Esto equivale a 80 millones de personas con dificultades para acceder a derechos básicos como alimentación, educación, salud, vivienda y seguridad social.

La carencia más extendida es la de acceso a seguridad social, que afecta a 48.2% de la población, es decir, casi la mitad de los habitantes. Esto implica que millones no cuentan con afiliación al IMSS o ISSSTE, ni con prestaciones como ahorro para el retiro o crédito para vivienda. Aunque este indicador ha mejorado respecto a 2016 (54.1%), su persistencia está vinculada a los altos niveles de informalidad laboral.

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En segundo lugar, 34.2% de la población carece de acceso a servicios de salud, lo que significa no estar afiliado a ninguna institución pública ni contar con seguro privado. Esta carencia ha crecido de forma alarmante desde 2016, duplicando la proporción de personas sin atención médica.

Otras carencias relevantes son: rezago educativo (18.6%), alimentación nutritiva y de calidad insuficiente (14.4%), falta de servicios básicos en la vivienda (14.1%) y deficiencias en calidad y espacios de la vivienda (7.9%).

En cuanto a la pobreza extrema, 7.0 millones de personas se encuentran en esta situación, con al menos tres carencias sociales y un ingreso insuficiente para cubrir siquiera la canasta alimentaria.

A nivel estatal, Chiapas (66.0%), Guerrero (58.1%) y Oaxaca (51.6%) registran los mayores índices de pobreza multidimensional, mientras que Baja California (9.9%), Baja California Sur (10.2%) y Nuevo León (10.6%) reportan los más bajos.

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¿Cuáles son las seis carencias sociales evaluadas?

  • Rezago educativo: personas que no cuentan con el nivel de estudios correspondiente a su edad.
  • Acceso a los servicios de salud: personas que no están afiliadas a alguna institución de salud pública ni tienen seguro de gastos médicos privados.
  • Acceso a la seguridad social: personas sin afiliación al IMSS o ISSSTE, lo que vulnera el acceso a servicios de salud, ahorro para el retiro y crédito para vivienda.
  • Calidad y espacios de la vivienda: viven en hogares con condiciones inadecuadas, como techos o paredes precarias, o con hacinamiento.
  • Acceso a los servicios básicos en la vivienda: no cuentan con servicios de electricidad, agua entubada o drenaje.
  • Acceso a la alimentación nutritiva y de calidad: carecen de los recursos para tener una dieta con los nutrientes necesarios.

El INEGI asumió por primera vez la medición de la pobreza multidimensional tras la extinción del Coneval en 2025, garantizando la continuidad metodológica para evaluar el desarrollo social y los desafíos que aún enfrenta el país.

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