¿Quién los bajó del podio? El escándalo detrás de la esgrima mexicana

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Jóvenes esgrimistas mexicanos denunciaron públicamente que fueron despojados de sus lugares en los Juegos Panamericanos Junior Asunción 2025, a pesar de haberlos ganado legítimamente en una competencia oficial avalada por la Federación Internacional de Esgrima (FIE).

La razón: no alinearse con el Comité Olímpico Mexicano (COM), que respalda a Jorge Castro como presidente de la Federación Mexicana de Esgrima (FME), a pesar de que ha sido desconocido por la FIE.

Los atletas Vanessa Chávez, Elliot Barreto y Máximo Azuela obtuvieron su clasificación en el Campeonato Panamericano de Cadetes y Juveniles, celebrado del 22 de febrero al 2 de marzo, bajo el respaldo de la Asociación Deportiva Nacional de Esgrima Mexicana (Adnem), que sí cuenta con el aval internacional.

El conflicto estalla por el control institucional del deporte, ya que el COM y Panam Sports argumentan que las plazas son del país y no nominales, mientras los esgrimistas aseguran que el proceso de selección fue arbitrario y excluyente. Además, cinco de los seis seleccionados actuales ni siquiera participaron en el torneo clasificatorio o tuvieron resultados inferiores.

Clasificamos legítimamente. No pedimos favores, pedimos justicia”, afirman en un video difundido desde Georgia, donde disputan el Campeonato Mundial. “Soy el número ocho del mundo en mi categoría y me quitan mi lugar en los Panamericanos, también le quitan a México la posibilidad de una medalla”, reclamó Máximo Azuela.

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En el centro de la controversia está Jorge Castro Rea, quien fue desconocido por la FIE desde hace más de un año por falsificación de documentos. También la CONADE le retiró el reconocimiento oficial, pero el COM aún lo respalda, lo que ha provocado el reemplazo de los atletas que clasificaron en el evento internacional.

La presidenta del COM, María José Alcalá, propuso que los esgrimistas participaran en un nuevo selectivo nacional, pero al estar firmado por Jorge Castro, los atletas decidieron no asistir, al considerar que no tiene legitimidad.

En respuesta, el COM emitió un comunicado reiterando que el proceso se realizó “conforme a los lineamientos establecidos por Panam Sports” y que las plazas fueron otorgadas al país y no a personas específicas. También expresó su disposición al diálogo respetuoso y constructivo.

El caso evidencia un problema estructural: la politización de las federaciones deportivas, el desconocimiento entre instancias nacionales e internacionales, y la afectación directa a quienes se han ganado su lugar con esfuerzo.

A menos de cinco meses del evento en Paraguay, los atletas exigen que se respete su clasificación, mientras el COM insiste en defender su proceso, pese a las irregularidades señaladas por los propios deportistas y por organismos internacionales.

“Estamos listos para representar a México con dignidad, pero no vamos a aceptar una imposición injusta”, concluyen.

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