Nadie quiere huir de casa: Día Mundial del Refugiado
Cada 20 de junio, el mundo conmemora el Día Mundial del Refugiado, una fecha para visibilizar la fuerza, valentía y resiliencia de millones de personas que se han visto obligadas a abandonar su hogar a causa de guerras, violencia, persecución o desastres. Detrás de cada cifra hay una historia que demuestra una verdad ineludible: nadie quiere irse, la necesidad obliga.
De acuerdo con el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), al cierre de 2023 más de 117 millones de personas en el mundo habían sido forzadas a desplazarse, el número más alto registrado hasta la fecha. De ellas, cerca de 40% son menores de edad.
Entre los principales países de origen de refugiados se encuentran Siria, Venezuela, Afganistán, Sudán del Sur y Ucrania, mientras que Colombia, Alemania, Turquía y Pakistán figuran entre los principales países receptores. En el caso de América Latina, el desplazamiento forzado ha aumentado por crisis políticas, violencia armada y pobreza extrema, como ocurre en Haití, Honduras y El Salvador.
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El lema impulsado por ACNUR este año, “Solidaridad con los refugiados”, destaca el derecho de cada persona a buscar protección, reconstruir su vida y contribuir a las comunidades que los acogen. La agencia recuerda que buscar refugio no es un delito, sino una respuesta humana ante la amenaza de perderlo todo.
México, por su posición geográfica, es a la vez país de tránsito, destino y retorno. Según datos de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR), en 2023 se recibieron más de 140 mil solicitudes de asilo, principalmente de personas originarias de Honduras, Cuba, Haití y Venezuela.
Este día invita a reflexionar: ser refugiado no es una elección, es una consecuencia. Y aunque muchas veces se les mira con desconfianza, lo cierto es que miles de ellos llegan a contribuir social, económica y culturalmente en sus nuevos entornos cuando se les da la oportunidad.
El Día Mundial del Refugiado no solo es una efeméride, es un llamado a la empatía, a la acción humanitaria y a la defensa del derecho internacional que protege a quienes huyen para salvar sus vidas.
