Polisexualidad: la atracción rompe etiquetas

Sexualidad

No todo es blanco o negro cuando se trata de la orientación sexual, en el mundo cada vez se reconoce más la diversidad del deseo: la polisexualidad se abre paso como una forma legítima y respetable de vivir y nombrar la atracción.

Ser polisexual significa sentir atracción romántica, sexual o afectiva por más de un género, aunque no necesariamente por todos. A diferencia de la pansexualidad, que implica atracción sin importar el género, la polisexualidad puede excluir ciertos géneros o enfocarse en algunos más que otros.

No es una orientación “a medias” ni “confusa”, sino una forma propia y válida de vivir el deseo.

Quienes se reconocen como polisexuales enfrentan invisibilización tanto fuera como dentro de la comunidad LGBTTTIQA+, en particular por los mitos que aún persisten: que es una “fase”, que es “lo mismo que bisexual”, o que “no saben lo que quieren”.

Según la Asociación Americana de Psicología, las orientaciones no monosexuales (es decir, no limitadas a un solo género) enfrentan mayores niveles de discriminación, exclusión y presión social que otras identidades, debido a una doble marginación: por parte de sectores heteronormados y de algunos dentro de la misma diversidad sexual.

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Ser polisexual no implica poliamor, ni tampoco tener múltiples parejas a la vez. La polisexualidad se refiere a la orientación, no al tipo de vínculo o relación, aunque como en cualquier orientación, hay polisexuales que eligen relaciones monógamas, abiertas o poliamorosas, según sus deseos y acuerdos.

Reconocer la polisexualidad es parte de construir un mundo donde cada persona pueda amar, desear y vincularse con libertad, sin necesidad de encajar en categorías impuestas o justificar su existencia.

La orientación sexual no necesita permiso. Solo respeto.

Como sociedad, aún tenemos el reto de educarnos más allá del binarismo, cuestionar los prejuicios heredados y nombrar lo que por años se mantuvo en silencio.

La polisexualidad existe, resiste y merece un lugar digno en la conversación sobre los derechos y realidades de las disidencias sexuales.

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