De sufragio y silencio: las mujeres afganas entre el voto arrebatado y la esperanza
La historia del derecho al voto de las mujeres en Afganistán está marcada por un vaivén de avances y retrocesos, reflejo fiel de la lucha constante por la igualdad de género en el país.
Primeras conquistas (1919–1964)
Tras la Revolución de 1919 y bajo el reinado del rey Amanullah Khan, las mujeres afganas obtuvieron el derecho a votar en 1919 y se inauguró la primera escuela para niñas en 1921.
En 1964, la nueva constitución incluyó el sufragio femenino, permitiendo a mujeres como Ruqia Abubakr, Khadija Ahrari, Masuma Esmati-Wardak y Aziza Gardizi ingresar al parlamento entre 1965 y 1969.
Ese período también vio a Kubra Noorzai convertida en la primera mujer ministra de Salud Pública (1965–1969).
Silencios impuestos (1996–2001)
Con la llegada de los talibanes en 1996, se impuso un cierre absoluto: las mujeres fueron excluidas de las urnas, la educación, el trabajo y la vida pública.
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Su participación política se suprimió por completo.
Renacer democrático (2001–2021)
Tras la caída de los talibanes en 2001, se incorporó una nueva Constitución en 2004, que garantizaba la igualdad de derechos y reservaba 25 % de escaños para mujeres en la Cámara Baja.
Las elecciones de 2005, 2009 y 2014 contaron con una participación masiva de mujeres, muchas desafiando amenazas y violencia para acudir a votar.
En ese periodo, miles de niñas accedieron a la escuela, mujeres ocuparon cargos ministeriales y judiciales, e incluso llegaron a gobernar provincias.
Retirada y retrocesos (2021–hoy)
El regreso de los talibanes en agosto de 2021 significó la anulación del derecho al voto femenino: se sustituyó el Ministerio de la Mujer por el de Vice y Virtud, se clausuraron los colegios secundarios para niñas y se prohibió que las mujeres trabajaran, se educaran o abandonaran sus hogares sin un tutor masculino.
Esto eliminó décadas de logros, sumiendo nuevamente a las mujeres en una exclusión severa de la vida pública y política.
Panorama actual y llamado global
Hoy, Afganistán es uno de los pocos países en los que las mujeres carecen de voto, un retroceso que activa nuevas campañas por derechos universales.
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Organizaciones como las Naciones Unidas y grupos civiles exigen que estas restricciones sean consideradas apartheid de género bajo la ley internacional.
Activistas exiliadas, sobrevivientes de gobiernos anteriores, han urgido a la comunidad global: no olvidar las lecciones del pasado ni abandonar la lucha presente.
La historia del voto femenino en Afganistán es un periplo oscilante entre conquista y censura: desde el voto pionero de 1919, pasando por un momento de florecimiento político en los años sesenta, hasta el retroceso radical tras 2021.
Hoy sigue siendo urgente y legítima la exigencia de que las mujeres afganas recuperen su derecho más básico: decidir sobre su futuro y el de su país.