María del Rosario Cardoso Reyes: la primera mujer al mando del CECOPAM
María del Rosario Cardoso Reyes, teniente coronel enfermera de Estado Mayor, no solo ha hecho historia al convertirse en la primera mujer al frente del Centro de Entrenamiento Conjunto de Operaciones de Paz de México (CECOPAM), sino que es también una voz firme sobre el papel transformador de las mujeres en contextos de conflicto.
Con más de 30 años de trayectoria en las Fuerzas Armadas, Cardoso Reyes representa una nueva cara del liderazgo militar: uno que combina la formación castrense con un enfoque profundamente humanitario.
Fue una de las primeras mexicanas desplegadas en una misión de paz de la ONU, y su experiencia en la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en Malí (MINUSMA) entre 2018 y 2019, marcó un antes y un después en su carrera.
“Más que un desafío, ha sido una oportunidad”, afirma con convicción, al tiempo que reivindica la necesidad de una participación más equitativa y sostenida de mujeres en escenarios internacionales de paz.
“Nos adaptamos, escuchamos y nos comunicamos con respeto. Esa es nuestra fortaleza”, asegura.
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De la salud al mando
Su camino inició en 1994 como enfermera militar, influenciada no por referentes femeninos militares —que no había— sino por el ejemplo de su madre. “Siempre he querido aportar algo a la sociedad”, dice.
Hoy, dirige el centro encargado de entrenar a quienes representarán a México en misiones de mantenimiento de paz alrededor del mundo.
Desde su oficina en el CECOPAM, guarda con orgullo la boina azul que usó en Malí, símbolo de su papel como agente internacional de paz.
Allí, además de operar en un entorno multicultural con personal de África, Europa y Asia, fue reconocida por su país de origen: “Nos identificaban por nuestra calidez y postura neutral”.
Liderar con perspectiva de género
Para Cardoso Reyes, las mujeres aportan empatía, asertividad, comunicación y resiliencia, habilidades esenciales no solo para sobrevivir en contextos de conflicto, sino para construir paz. “No improvisamos. Todo está estructurado, con protocolos claros. Pero también se necesita capacidad de adaptación, escucha y liderazgo humano”, explica.
Desde el CECOPAM, trabaja bajo los estándares de Naciones Unidas, garantizando que el entrenamiento mexicano cumpla con los compromisos internacionales en materia de igualdad de género. “En el Centro trabajamos con estándares claros. La ONU nos da estructuras firmes y México cumple con ellas”, afirma.

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Su visión coincide con los principios de la Plataforma de Acción de Beijing, adoptada en 1995, que impulsa la participación activa de las mujeres en la resolución de conflictos y la prevención de la violencia sexual en contextos bélicos. Cardoso Reyes lo tiene claro: formar parte de una misión es abrir camino para otras mujeres.
“Volvamos a nuestro país con toda la intención de hacer un efecto multiplicador”, señala, convencida de que compartir la experiencia fortalece tanto al personal como a las instituciones.
Paz con rostro humano
En el marco del Día Internacional del Personal de Paz de la ONU, que este año lleva el lema “El Futuro del Mantenimiento de la Paz”, la trayectoria de María del Rosario Cardoso Reyes cobra una relevancia especial. Su historia no es solo un testimonio de perseverancia, sino una prueba viva de que la paz también se construye desde la empatía, la preparación y el trabajo en equipo.

“Contribuir a la paz no es exclusivo del ámbito militar. Cada persona puede sumar desde su experiencia”, concluye.
Y aunque no lo diga como consigna, su carrera lo deja claro: liderar también es escuchar, enseñar y abrir la puerta a quienes vienen detrás.