“No nos vamos a callar”: denuncian encubrimiento de abuso sexual en la UPAEP
Naomi Guzmán, jugadora menor de edad del equipo de baloncesto de la Prepa UPAEP, denunció públicamente haber sido víctima de abuso sexual por parte del jefe de Deportes de la institución.
La joven rompió el silencio a través de sus redes sociales, donde compartió un testimonio conmovedor sobre cómo su sueño de ser estudiante-atleta se convirtió en una experiencia de violencia y vulnerabilidad.
“Sentí el dolor de experimentar cómo alguien se aprovechó de mi vulnerabilidad y de mis sueños”, escribió Naomi en una publicación en la que agradeció el respaldo de su entrenadora, Ana Rentería, quien horas más tarde presentó su renuncia irrevocable a la universidad, acusando negligencia institucional y omisiones graves en la atención del caso.
La lucha contra el encubrimiento
Rentería denunció que fue marginada laboralmente luego de intentar apoyar a su jugadora, al detectar afectaciones emocionales severas, incluyendo ataques de ansiedad.
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Asegura que informó a sus superiores, pero recibió instrucciones de no intervenir. Al persistir las señales de alarma, decidió informar directamente a los padres de Naomi. Desde entonces, enfrentó hostigamiento laboral y aislamiento.
“El manejo de la universidad ha sido decepcionante”, denunció el abogado de la víctima, Pedro Razo, en entrevista para el programa Desde La GRADA.
Explicó que la denuncia penal se presentó en febrero, y que el 30 de abril se ejecutó una orden de aprehensión y vinculación a proceso contra el funcionario señalado, Miguel “N”, exjefe del área de deportes.
El litigante también expuso que la universidad intentó desalojar a Naomi de la residencia estudiantil y le retiró beneficios, lo cual fue revertido mediante un amparo. “Pareciera que la intención de la UPAEP es apagar el caso en lugar de esclarecerlo”, sentenció Razo.
No estás sola
Mientras tanto, estudiantes de la preparatoria realizaron una manifestación pacífica el 20 de mayo a las afueras del plantel, exigiendo justicia y respuestas claras por parte de la institución.
Aseguran que la universidad ha intentado desarticular las protestas, y que no es la primera vez que minimiza o ignora denuncias de acoso sexual.
“Nuestra compañera fue silenciada. Ella ya había denunciado internamente desde hace meses, pero la UPAEP no hizo nada. La mandaron a clases en línea y la sacaron de la residencia. A él lo dejaron ahí”, declaró una de las alumnas bajo anonimato.
Las estudiantes afirman que la universidad no actuó de inmediato, como asegura en su único comunicado público, emitido el 12 de mayo. Además, los reportes oficiales sobre quejas y sanciones carecen de transparencia: sólo ofrecen porcentajes sin números absolutos y sin detallar qué tipo de faltas derivaron en sanciones.
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Al cierre de esta nota, la UPAEP continúa sin pronunciarse públicamente sobre el fondo de las denuncias. A través de su área de prensa, informó que está impedida legalmente de emitir comentarios por los procesos en curso, remitiendo únicamente a su comunicado previo y a enlaces con estadísticas generales que no permiten conocer la magnitud real del problema.