Sexting: ¿Cómo practicarlo de forma segura?
El sexting se ha convertido en una forma común de expresión sexual.
Este término, que surge de la fusión entre “sex” y “texting”, hace referencia al intercambio de mensajes, imágenes o videos de contenido sexual a través de dispositivos digitales, especialmente teléfonos móviles.
Lejos de ser una práctica nueva, el sexting ha ganado visibilidad con el crecimiento de las redes sociales, los servicios de mensajería instantánea y la mayor apertura en torno a la sexualidad.
No obstante, la exposición y los riesgos digitales han convertido esta expresión en un tema que exige información clara, consentida y segura.
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¿Qué es el sexting?
El sexting es una forma de interacción íntima a través de medios electrónicos, que puede fortalecer la confianza y el deseo entre parejas.
Sin embargo, al involucrar contenido explícito y tecnología, también puede poner en riesgo la privacidad, reputación e incluso la integridad física de quienes participan, especialmente si no hay consentimiento para la difusión de dicho material.
Riesgos comunes del sexting
Aunque el sexting entre adultos y con consentimiento no es ilegal, las consecuencias de una filtración pueden ser devastadoras. Algunos de los principales riesgos son:
- Difusión no consentida de imágenes íntimas.
- Extorsión digital (sextorsión): amenazas para obtener más material o dinero.
- Acoso o chantaje.
- Daños emocionales y sociales.
- Violencia digital, especialmente hacia mujeres y personas jóvenes.
¿Cómo hacer sexting de forma segura?
Practicar sexting no es en sí riesgoso, pero sí lo es hacerlo sin medidas de protección. Aquí algunos consejos esenciales para quienes deciden hacerlo:
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- Confirma el consentimiento: asegúrate de que ambas partes estén de acuerdo y se sientan cómodas. El consentimiento debe ser claro, mutuo y continuo.
- Evita mostrar tu rostro o señas particulares: tatuajes, fondo de tu habitación o cualquier marca identificable pueden ponerte en riesgo si el contenido se filtra.
- Utiliza aplicaciones con cifrado de extremo a extremo, como WhatsApp o Signal, y evita enviar contenido por plataformas públicas o sin seguridad.
- Activa funciones de privacidad, como la visualización única de imágenes o la autodestrucción del mensaje.
- No guardes las imágenes en la nube ni en galerías visibles. Usa carpetas protegidas por contraseña o herramientas de almacenamiento encriptado.
- Nunca compartas contenido sin consentimiento, ni siquiera como broma. Hacerlo constituye violencia digital y puede ser un delito en muchos países, incluyendo México.
- Revisa los derechos digitales en tu país: en México, la Ley Olimpia reconoce la violencia digital y sanciona la difusión de contenido íntimo sin consentimiento.
El sexting puede ser una forma saludable de vivir la sexualidad, pero requiere responsabilidad y conciencia de los riesgos. La clave está en el consentimiento, la confianza y la seguridad digital. Ejercer una sexualidad libre también implica informarse y protegerse.
Hablar de sexting sin tabúes permite crear entornos más seguros, donde el placer no tenga que ser motivo de miedo ni de vergüenza, sino de libertad y respeto mutuo.