Tecnología y agricultura

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En medio de los crecientes desafíos del cambio climático y la escasez de agua, la tecnología, a través de la tecnificación del riego emerge como una de las principales apuestas para garantizar un desarrollo agrícola sostenible en México.

Esta transformación representa una mejora en la productividad del campo, una estrategia para preservar los recursos naturales.

Durante décadas, el riego tradicional ha dependido de métodos por gravedad, canales abiertos o sistemas rudimentarios que desperdician grandes cantidades de agua.

La introducción de tecnologías como el riego por goteo, aspersión automatizada y sensores de humedad en suelo, se ha abierto paso una nueva forma de trabajar la tierra: más precisa, más eficiente y mucho más consciente del medio ambiente.

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El impacto de la tecnificación

Según datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), los sistemas tecnificados permiten ahorrar hasta un 50% del agua utilizada en comparación con los métodos convencionales.

Esto no sólo reduce el consumo del recurso hídrico, sino que también mejora el rendimiento de los cultivos al aplicar el agua justo en el momento y lugar que se necesita.

La adopción de estas tecnologías también permite monitorear variables como la evapotranspiración, las condiciones climáticas y la fertilidad del suelo, lo cual brinda a los productores herramientas para tomar decisiones más informadas y evitar pérdidas.

La tecnificación del riego es una respuesta al estrés hídrico, una vía directa hacia el desarrollo sostenible.

Sistemas inteligentes de riego, conectados a plataformas digitales, pueden integrarse con fuentes de energía renovable —como paneles solares— y reducir el uso de combustibles fósiles en las labores agrícolas.

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Además, su implementación ha demostrado tener beneficios sociales y económicos: al optimizar el uso de recursos, se reduce el costo de producción y se mejora la competitividad del productor, especialmente en regiones de alta vulnerabilidad hídrica.

Retos y oportunidades

Aunque el potencial es enorme, la tecnificación del riego enfrenta desafíos, sobre todo en pequeñas comunidades agrícolas con bajos niveles de inversión.

El acceso a créditos, capacitación técnica y apoyos gubernamentales será fundamental para que estas tecnologías lleguen a más productores.

La clave está en lograr una transición justa, donde la innovación no excluya, sino que fortalezca el tejido social del campo y permita que el desarrollo económico vaya de la mano con el cuidado del entorno.

Tecnificar el riego es dar un paso firme hacia una agricultura más sustentable, resiliente y productiva.

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