Madres solteras y el peso del estigma machista
Las madres solteras enfrentan una realidad marcada por el estigma social y la discriminación laboral, reflejo de una cultura profundamente machista y patriarcal.
A pesar de los avances en materia de derechos de las mujeres, ser madre soltera sigue siendo motivo de prejuicio y exclusión.
Una maternidad juzgada
En la sociedad mexicana, la maternidad fuera del matrimonio o sin la presencia de una pareja masculina es frecuentemente vista como una transgresión a las normas tradicionales, pese a ser algo cotidiano.
Este juicio se manifiesta en actitudes que cuestionan la moralidad y la capacidad de las madres solteras para criar a sus hijos de manera adecuada.
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El estigma no sólo proviene de la sociedad en general, sino también de entornos cercanos como la familia, la comunidad y el ámbito laboral.
Datos sobre madres solteras
- Según datos de la Encuesta Intercensal 2020 del INEGI, el 6.5% de las mujeres en México son madres solteras, concentrándose principalmente entre los 20 y 34 años.
- Un estudio indica que 8 de cada 10 madres solteras se sienten discriminadas en el ámbito laboral, enfrentando barreras en el acceso al empleo, escasas oportunidades y diferencias salariales de género.
- Según ONU Mujeres, en comunidades con más de 2,500 habitantes, 2 de cada 10 mujeres mayores de 15 años son madres solteras, mientras que en localidades más pequeñas el número se reduce a una.
El doble rol y la carga económica
Las madres solteras suelen asumir la responsabilidad total de la crianza y el sustento económico de sus hijos.
Esta doble carga se ve agravada por la falta de apoyo. Además, enfrentan condiciones laborales precarias, inequidad salarial y limitaciones en el acceso a servicios básicos como salud y educación.
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A pesar de los desafíos, muchas madres solteras han encontrado formas de resistir y empoderarse. Iniciativas como la propuesta de la Ley Sabina, impulsada por la activista Diana Luz Vázquez, buscan visibilizar y sancionar a los padres que incumplen con sus responsabilidades, promoviendo un cambio en la percepción social hacia las madres solteras.
El estigma machista hacia las madres solteras es una manifestación de las profundas desigualdades de género que persisten en la sociedad, pese a ser ellas quienes sostienen a la familia, muchas veces se les responsabiliza por cuestiones que sólo debieren recaer sobre el progenitor ausente.