Cuando no se protegen los derechos humanos, florece la crueldad

Familia y Bienestar

La falta de reconocimiento, garantía y protección de los derechos humanos abre la puerta a prácticas marcadas por la crueldad, el control y el dolo. Cuando las instituciones fallan en su deber de respetar la dignidad humana, las personas quedan expuestas a abusos sistemáticos.

Organismos como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) han documentado casos en los que la omisión del Estado deriva en violaciones graves como tortura, tratos crueles, detenciones arbitrarias y negación de justicia. La CNDH señala que estas violaciones afectan principios fundamentales como la integridad personal, el trato digno y el debido proceso, todos reconocidos en la Constitución mexicana y en tratados internacionales ratificados por el país.

A nivel global, Amnistía Internacional advierte que, en contextos donde no se garantizan los derechos humanos, los abusos se cometen especialmente contra personas y grupos en situación de vulnerabilidad: migrantes, minorías, personas privadas de la libertad, manifestantes o víctimas de sistemas de seguridad sin controles efectivos. Cuando el Estado no protege, el poder se vuelve un mecanismo de violencia.

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¿Cuáles son los derechos humanos?

Aunque la Declaración Universal de los Derechos Humanos incluye 30 artículos, organismos como la ONU, la UNESCO y diversas comisiones nacionales los agrupan en categorías clave para su enseñanza y comprensión.

Las siguientes representan diez grandes derechos fundamentales, reconocidos internacionalmente y derivados de la DUDH:

  1. Derecho a la vida, libertad y seguridad
  2. Derecho a no ser sometido a tortura ni tratos crueles, inhumanos o degradantes
  3. Derecho a la igualdad y a la no discriminación
  4. Derecho al reconocimiento jurídico y al debido proceso
  5. Derecho a la libertad de pensamiento, expresión y creencias
  6. Derecho a la libertad de reunión y asociación pacífica
  7. Derecho a la privacidad y protección de la vida personal y familiar
  8. Derecho al trabajo, a condiciones laborales justas y a la seguridad social
  9. Derecho a la educación y al acceso a la información
  10. Derecho a un nivel de vida adecuado, incluyendo salud, vivienda y bienestar

Todas estas categorías pueden rastrearse directamente a los artículos de la Declaración Universal de 1948, adoptada por la Asamblea General de la ONU, uno de los documentos más citados y verificados en materia de derechos humanos.

Cuando estos derechos fundamentales no se reconocen ni garantizan, lo que emerge no es neutralidad, sino violencia estructural: instituciones que usan el control, el miedo y la omisión para administrar la vida de las personas. Sin un marco sólido de protección, la dignidad humana queda a merced del poder.

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