Ozempic bajo la lupa: beneficios prometedores y riesgos que encienden alarmas

Familia y Bienestar

Uno de cada ocho adultos en Estados Unidos ha tomado medicamentos para adelgazar como el Ozempic, según un estudio de Blue Health Intelligence. Sin embargo, más del 30% abandona el tratamiento tras apenas cuatro semanas, antes de que el fármaco pueda generar un impacto real en su salud.

El Ozempic, también comercializado como Wegovy, ganó popularidad por la pérdida de peso que promete, también por sus efectos secundarios desagradables, entre los que destacan náuseas, diarrea y problemas digestivos. Algunos pacientes han reportado incluso el llamado “Ozempic face” o “Ozempic butt”, que se traduce en flacidez en el rostro o los glúteos.

Pero lo que más preocupa a especialistas es la aparición de efectos graves. Según Penny Ward, médico del Kings College de Londres, los más alarmantes son la pancreatitis y los problemas musculoesqueléticos. En el Reino Unido, un organismo regulador confirmó que al menos diez muertes se han vinculado con pancreatitis aguda en usuarios de fármacos GLP-1.

Los ensayos clínicos iniciales avalaron la seguridad de estos medicamentos, aprobados en 2017 para tratar la diabetes tipo 2 y, en 2021, para la pérdida de peso. Sin embargo, tras su uso masivo han surgido nuevos efectos adversos, como cambios de visión, disfunción eréctil, mareos, cálculos renales e inflamación del riñón.

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Un estudio de Nature Medicine (2025), con más de 215.000 participantes, reveló un aumento del 146% en el riesgo de pancreatitis y un 11% más de probabilidad de artritis en usuarios de estos fármacos. También se han documentado casos de ceguera, relacionados con una neuropatía óptica grave.

A pesar de ello, expertos como Karolina Skibicka, neuroendocrinóloga de la Universidad de Calgary, subrayan que los beneficios superan a los riesgos. Según explicó, el medicamento “puede salvar y mejorar muchas vidas”, y difícilmente se impondrán restricciones más severas para su prescripción. Además, investigaciones recientes sugieren que los fármacos GLP-1 reducen el riesgo de demencia, Alzheimer, trastornos cardiorrenales y metabólicos, e incluso de ciertas enfermedades respiratorias.

La discusión científica sigue abierta: mientras unos piden más estudios en poblaciones diversas, especialmente en mujeres, otros defienden que el impacto positivo de estos medicamentos podría transformar la lucha contra la obesidad y enfermedades asociadas.

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