Mujeres afrodescendientes en México: lucha contra la invisibilidad e inequidad

Ellas Dicen

En México, las mujeres afrodescendientes enfrentan un entramado de discriminación estructural, desigualdad de género y falta de reconocimiento, una agenda pendiente que continúa demandando transformación real.

Según el Censo INEGI 2020, alrededor de 2.57 millones de personas se identifican como afromexicanas —un 2 % de la población— de las cuales el 50.4 % son mujeres, distribuidas principalmente en Guerrero, Oaxaca, Veracruz, Ciudad de México, Estado de México, Jalisco y otros estados.

La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) 2022 revela que el 37.1 % de las mujeres afromexicanas han sufrido discriminación —una tasa superior a la identificada en hombres afrodescendientes (34.1 %) y en mujeres indígenas o migrantes—, reflejo directo del racismo y sexismo interseccional que atraviesa sus vidas.

Desde la visión de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, estas mujeres viven una doble discriminación: tanto de género como racial. Solo el 53.3 % tiene acceso a una actividad remunerada, mientras enfrentan una carga desproporcionada en el trabajo doméstico no reconocido, lo que limita sus oportunidades de educación y desarrollo económico.

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En los municipios con alta concentración de población afromexdescendiente, las cifras educativas y laborales son aún más alarmantes:

  • En regiones con más del 70 % de habitantes afromexicanos, el analfabetismo femenino alcanza el 19.6 %, frente a 16.6 % entre hombres.
  • Su escolaridad promedio ronda los 6.8 años, significativamente menor que el promedio nacional afrodescendiente de 9.8 años.
  • Solo 25 % de las mujeres son económicamente activas en esos contextos, frente a un 39 % entre hombres afrodescendientes.

Frente a estas barreras, surgen iniciativas de empoderamiento y visibilidad. Colectivos como Mujeres Afromexicanas en Movimiento, con presencia en Oaxaca y Guerrero, impulsan la reivindicación de la identidad afromexicana, la participación política efectiva y la formulación de políticas públicas que respondan a sus necesidades específicas.

La activista Hilda Margarita Guillén Serrano, oriunda de Pinotepa Nacional, Oaxaca, ha denunciado que debe probar públicamente su identidad como mujer afromexicana para poder participar en la política local, subrayando la falta de reconocimiento legal y social que aún persiste.

Organismos internacionales como ONU Mujeres y la CDHCDMX insisten en que la adopción del Decenio Internacional de los Afrodescendientes (2015–2024) debe traducirse en acciones concretas para garantizar derechos civiles, sociales, económicos y culturales de las mujeres afro en condiciones de igualdad.

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Reconocer la existencia de las mujeres afromexicanas, visibilizar sus aportes y eliminar los prejuicios estigmatizantes, resulta fundamental para construir una sociedad mexicana verdaderamente inclusiva. La deuda histórica con esta comunidad es ineludible: avanzar ya en medidas reales es parte de un camino pendiente hacia la justicia y la equidad.

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