El miedo verde: ecoterror
El ecoterror se posiciona como uno de los subgéneros más inquietantes y contemporáneos del cine y la literatura de horror. A diferencia del terror sobrenatural o psicológico tradicional, el ecoterror se basa en el temor real hacia la destrucción del medio ambiente y las consecuencias del desequilibrio ecológico provocado por la acción humana.
Este subgénero ha cobrado relevancia en las últimas décadas en respuesta a crisis climáticas, extinción de especies, contaminación, pandemias y fenómenos naturales intensificados por el calentamiento global. El ecoterror no inventa monstruos: los revela. Su fuerza radica en la transformación de elementos naturales en amenazas, mostrando cómo la naturaleza puede volverse letal cuando es empujada al límite.
Entre sus características más comunes se encuentran:
- La naturaleza como antagonista: animales que atacan, plantas que invaden, virus que emergen del deshielo, océanos que se rebelan.
- Escenarios donde lo rural o selvático deja de ser idílico y se convierte en un espacio hostil e impredecible.
- La crítica implícita o explícita a la acción humana sobre el entorno: experimentos, deforestación, contaminación industrial, minería, extracción petrolera o abandono de residuos tóxicos.
- Un enfoque que combina el terror con la conciencia ecológica, a menudo con un mensaje de advertencia sobre los límites que estamos rebasando como especie.
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Obras como The Bay (2012), Long Weekend (1978) o Gaia (2021) son ejemplos de cómo el ecoterror ha evolucionado desde simples películas de animales furiosos hasta complejos relatos de horror ambiental.
Este tipo de terror resuena especialmente con las nuevas generaciones, preocupadas por el futuro del planeta. Su atractivo radica en el hecho de que lo que nos aterra no proviene de otro mundo, sino del mundo que habitamos y hemos degradado. El ecoterror nos exige mirar de frente lo que ignoramos cada día.