Crisis entre Harvard y EU pone en riesgo investigación clave sobre salud femenina
Más de 280,000 enfermeras han dedicado parte de sus vidas al Estudio de Salud de las Enfermeras, un proyecto pionero iniciado en 1976 por la Universidad de Harvard, considerado como uno de los más largos y completos estudios de salud femenina en la historia. Sin embargo, este legado científico podría ser desechado por completo debido a una disputa política entre el expresidente Donald Trump y Harvard.
El Gobierno de Trump amenazó con retirar todos los fondos federales a la universidad por supuestas violaciones a la Ley de Derechos Civiles, argumentando que la institución fue “indiferente” al antisemitismo durante recientes protestas en su campus. Como consecuencia, el financiamiento del estudio fue suspendido en mayo, comprometiendo décadas de información vital para la salud pública.
El doctor Walter Willett, director del estudio y experto en epidemiología y nutrición, alertó sobre la gravedad de esta decisión: los congeladores que almacenan muestras biológicas de ADN, sangre, orina y heces recolectadas por casi 50 años podrían perderse por falta de recursos. Sólo el mantenimiento con nitrógeno líquido cuesta miles de dólares al mes, y sin fondos, la integridad del proyecto está amenazada.
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Entre los múltiples logros del estudio, destacan avances en la comprensión de los efectos de la alimentación, el tabaquismo, las grasas trans, el alcohol y otros factores sobre el cáncer, enfermedades cardíacas y salud mental. Esta investigación ha influido en políticas de salud pública en Estados Unidos y el mundo, especialmente en lo que respecta a la salud femenina, un campo tradicionalmente desatendido.

Las participantes del estudio, como Patricia Chubb, Jackie Desmond y Martha Dodds, han contribuido por generaciones, muchas veces motivadas por su vocación de servicio. Algunas incluso han pedido que en sus obituarios se mencione su orgullo por haber sido parte del estudio. Para ellas, ver peligrar esta investigación es como “quemar la Biblioteca del Congreso”: un daño irreparable al conocimiento colectivo.
Especialistas, enfermeras y ciudadanos han criticado la decisión del gobierno, señalando que no existe conexión lógica entre el conflicto político y la eliminación del financiamiento científico. La comunidad académica advierte que tirar a la basura este legado de medio siglo sería un acto miope y destructivo, cuyas consecuencias afectarían a generaciones enteras.