Papanicolaou: puede salvar vidas

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Realizarse el papanicolaou no debería ser un lujo, es una necesidad de salud pública. Sin embargo, persisten mitos y estigmas que alejan a miles de personas con cuello uterino de esta prueba fundamental para la prevención del cáncer cervicouterino, uno de los más mortales en México.

El papanicolaou, también conocido como prueba de citología cervical, permite detectar células anormales en el cuello del útero antes de que se conviertan en cáncer. En muchos casos, el cáncer cervicouterino se desarrolla lentamente, por lo que un diagnóstico temprano marca la diferencia entre la vida y la muerte.

Contra el tabú

Pese a ello, persisten tabúes. Muchas mujeres jóvenes consideran que es un examen “para señoras” o que resulta innecesario si no tienen pareja estable.

Otros mitos frecuentes señalan que el procedimiento “duele” o que “provoca infecciones”, lo cual es falso, de acuerdo con instituciones como el Instituto Nacional de Cancerología.

El procedimiento es rápido, seguro y no invasivo. Y más importante aún: gratuito en muchas clínicas de salud pública.

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Especialistas también recuerdan que las personas trans y no binarias con cuello uterino deben ser incluidas en estas campañas.

La falta de información con enfoque de género y diversidad ha contribuido a que muchas personas no accedan a este tipo de cuidados por miedo, desconocimiento o discriminación.

Prevención

El cáncer cervicouterino es prevenible y curable si se detecta a tiempo. Las tasas de mortalidad han bajado en países donde los programas de tamizaje se realizan de forma constante y sin prejuicios.

El papanicolaou no debería ser motivo de vergüenza ni temor, sino parte de una rutina de autocuidado. Hablar del cuerpo sin culpa salva vidas.

Romper los silencios en torno al papanicolaou es urgente. Informarse, acudir a consulta y acompañar a otras puede marcar la diferencia para miles de personas que hoy dudan en hacerse la prueba.

La salud sexual y reproductiva no es un privilegio ni un tabú, es un derecho.

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